viernes, 11 de marzo de 2011

Transformando las Inercias


Las creencias, ilusiones y expectativas que hoy tienes son producto de tu pasado, tu experiencia te ha llevado a conformar tus pensamientos. Y son muchos de esos pensamientos los que son origen de tus problemas actuales. En efecto, nuestras decisiones las hacemos mediante nuestro modo de pensar, valoramos conforme aprendimos a valorar: todos nuestros actos están condicionados por nuestra teoría en uso con la que nos movemos y que hemos ido desarrollando en el transcurso de nuestra vida.
Las raíces de tus problemas se encuentran así arraigados en esa experiencia personal y la forma en que decidiste darle significado.
Pero además de las significaciones que construimos de lo que hemos vivido están las consecuencias físicas de las decisiones que tomamos en esas vivencias. En efecto, hoy puedes estar embrollad@ en una gran variedad de problemas con tus bienes, tus relaciones, tu trabajo, tus ingresos, tus deudas, etc, todo ello a partir de las decisiones pasadas. La inercia se torna muy pesada y salir de tal impulso puede verse casi imposible. En el budismo el concepto de karma está relacionado con tales inercias.
Analicemos un poco mejor esto que ya casi suena a “la fuerza del destino”. Es cuestionable que estemos determinados por nuestro pasado, de hecho: no estamos determinados, sólo condicionados. Si estuviéramos determinados no habría forma de escapar a su designio: como Edipo, nuestra condena estaría dada y tratar de escapar de ello no sería más que un intento fallido como lo presenta Sófocles en su famosa tragedia.
No es así, no estamos determinados, pero sí condicionados. No sólo por nuestros actos y experiencias vividas, sino por el significado que les dimos. Pongamos un ejemplo: Cuando niño fui golpeado por otros niños, entonces yo interpreto: "nadie me queria, soy un mal nacido, todos me odiaban, por eso soy un fracasado" o tengo otra opción: "cuando niño me enfrenté a retos muy difíciles, tuve que aprender a defenderme, no fue fácil pero al fin creo que eso fortaleció mi carácter y por eso ahora soy muy resuelto, valiente y triunfador" es la interpretación lo que cambia.
Lo que te marca no es lo que has vivido, sino la creencia que al respecto construiste.
La creencia, pero también el adormecimiento del deseo nos mantiene atorados. Si algo nos oprime, nos resulta insuficiente, nos genera angustia, vacío, desazón, algo debemos modificar para encontrar salida. El problema pasa, ciertamente, por identificar ese algo, pero también requiere tener un deseo lo suficientemente fuerte como para modificar lo que debamos modificar. Parece ser que hoy día mucho sufrimiento innecesario se debe a que nos han anestesiado nuestra posibilidad de desear, de modo que el deseo no cuenta con la suficiente intensidad como para que pase de mera ilusión a actos concretos que nos lleven a nuestro objetivo.
Concluyamos esta reflexión con una posibilidad para lograr el cambio:
Una de las más importantes cosas que puedes realizar contigo mismo es el cernir tus creencias, tus actitudes, tus pensamientos y tus sentimientos para encontrar aquellos que son nodales y crean tu presente insatisfactorio. Buscar así las raíces de tus decisiones actuales. Al ver esas raíces será fácil optar por un cambio. No verlas es seguir en el doble ciego.
El pensamiento positivo por sí mismo suele ser la base para dar “golpes de ciego”, para lo que puede servir es para mantener la energía, la fuerza del deseo. Pero sin romper con los obstáculos arraigados en nuestra mayor profundidad no se avanzará mucho: no puedes decirle ¡échale ganas! a una plantita que está impedida de Sol, Agua y nutrientes para su crecimiento.
Es así que el éxito, como lo manejamos en el coaching es dejar de fracasar eliminando las causas inerciales de tal fracaso.

lunes, 7 de marzo de 2011

El necesario cambio de Paradigma Civilizatorio

Todavía recuerdo cuando leí el texto "La Revolución Copernicana" en el ITAM, y también las reflexiones que hicimos en Historia de la Música Universal en la ENM con el Mtro. Roberto Ruíz Guadalajara respecto al giro radical que el De Revolutionibus dio al pensamiento reinante,   ...la Historia ya no fue la misma: surgió un antropocentrismo intenso, por ejemplo el Barroco nos muestra claramente esa intensidad en su ethos.


Ahora me he encontrado este texto de Boff que trata sobre tal tema y que a su vez nos plasma la necesaria revolución en la cosmología: la gestación y necesaria incorporación del nuevo paradigma civilizatorio.


Lo comparto íntegramente pues encuentro gran riqueza en cada frase:



Todo cambio de paradigma civilizatorio está precedido de una revolución en la cosmología (visión del universo y de la vida). El mundo actual surgió con la extraordinaria revolución que introdujeron Copérnico y Galileo al comprobar que la Tierra no era un centro estable sino que giraba alrededor del sol. Esto generó una enorme crisis en las mentes y en la Iglesia, pues parecía que todo perdía centralidad y valor. Pero lentamente se fue imponiendo la nueva cosmología que fundamentalmente perdura hasta hoy en las escuelas, en los negocios y en la lectura del curso general de las cosas. Sin embargo, el antropocentrismo, la idea de que el ser humano continúa siendo el centro de todo y que las cosas están destinadas a su disfrute, se ha mantenido.
Si la Tierra no es estable, por lo menos el universo –se pensaba– es estable. Sería como una inconmensurable burbuja dentro de la cual se moverían los astros celestes y todas las demás cosas.
Y he aquí que esta cosmología comenzó a ser superada cuando en 1924 un astrónomo amateur, Edwin Hubble, comprobó que el universo no es estable. Constató que todas las galaxias así como todos los cuerpos celestes están alejándose unos de otros. El universo, por lo tanto, no es estacionario como creía todavía Einstein. Está expandiéndose en todas las direcciones. Su estado natural es la evolución y no la estabilidad.
Esta constatación sugiere que todo comenzó a partir de un punto extremadamente denso de materia y energía que, de repente, explotó (big bang) dando origen al actual universo en expansión. Esta idea, propuesta en 1927 por el astrónomo y sacerdote belga George Lemaître, fue considerada esclarecedora por Einstein y asumida como teoría común. En 1965 Arno Penzias y Robert Wilson demostraron que de todas las partes del universo nos llega una radiación mínima, tres grados Kelvin, que sería el último eco de la explosión inicial. Analizando el espectro de la luz de las estrellas más distantes, la comunidad científica concluyó que esta explosión habría ocurrido hace 13,7 mil millones de años. Esta es pues la edad del universo y la nuestra, pues un día estábamos, virtualmente, todos juntos allí, en aquel ínfimo punto llameante.
Al expandirse, el universo se auto-organiza, se autocrea y genera complejidades cada vez mayores y órdenes cada vez más altos. Es convicción de los más notables científicos que, al alcanzar cierto grado de complejidad, en cualquier parte, la vida emerge como imperativo cósmico. Así también la conciencia y la inteligencia. Todos nosotros, nuestra capacidad de amar y de inventar, no estamos fuera de la dinámica general del universo en cosmogénesis. Somos partes de este inmenso todo.
Una energía de fondo insondable y sin márgenes –abismo alimentador de todo– sustenta y pasa a través de todas las cosas activando las energías fundamentales sin las cuales no existiría nada de lo que existe.

A partir de esta nueva cosmología, nuestra vida, la Tierra y todos los seres, nuestras instituciones, la ciencia, la técnica, la educación, las artes, las filosofías y las religiones deben ser dotadas de nuevos significados. Todo y todas las cosas son emergencias de este universo en evolución, dependen de sus condiciones iniciales y deben ser comprendidas dentro del interior de este universo vivo, inteligente, auto-organizativo y ascendente rumbo a órdenes aun más altos.
Esta revolución todavía no ha provocado una crisis semejante a la del siglo XVI, pues no ha penetrado suficientemente en las mentes de la mayor parte de la humanidad, ni de los intelectuales, mucho menos en las de los empresarios y los gobernantes. Pero está presente en el pensamiento ecológico, sistémico, holístico y en muchos educadores, fundando el paradigma de la nueva era, el ecozoico.
¿Por qué es urgente que se incorpore esta revolución paradigmática? Porque ella nos proporcionará la base teórica necesaria para resolver los actuales problemas del sistema-Tierra en proceso acelerado de degradación. Nos permite ver nuestra interdependencia y mutualidad con todos los seres. Formamos junto con la Tierra viva la gran comunidad cósmica y vital. Somos la expresión consciente del proceso cósmico y responsables de esta porción de él, la Tierra, sin la cual todo lo que estamos diciendo sería imposible. Porque no nos sentimos parte de la Tierra, la estamos destruyendo. El futuro del siglo XXI y de todas las COPs dependerá de que asumamos o no esta nueva cosmología. Verdaderamente solo ella nos podrá salvar.
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Recalco:  no ha penetrado suficientemente en las mentes de la mayor parte de la humanidad, ni de los intelectuales, mucho menos en las de los empresarios y los gobernantes.


Y eso es lo que divers@s amig@s consultor@s con un nuevo paradigma estamos haciendo, sobre todo dirigidos a ese sector más imbricado en los tejes y manejes del poder y de donde podrían salir las acciones alternativas a lo que la actual vorágine está empujando. 
Me refiero a las acciones que realizamos para generar aprendizaje organizacional tanto en empresas como en dependencias públicas, y no es un "aprendizaje" al estilo tradicional que mantiene el actual status quo, quiero aclarar: estamos impactando en un aprendizaje que hace cambios sustanciales en el modo de hacer el trabajo.
No es que tengamos que hacer una consultoría "buena onda con el ambiente" pero dentro del mismo paradigma antropocentrista que destruye a todo el entorno para satisfacer deseos egoicos del hombre. Los que estamos en esto estamos construyendo rediseños organizacionales que implican una convivencia íntegra e integral con el entorno.
Queda mucho por hacer, la inercia del actual sistema es fuertísima, pero no podemos desfallecer. "Verdaderamente sólo ella nos podrá salvar".

miércoles, 2 de marzo de 2011

Causando la Paz

El mundo está alcanzando un estado tan caótico, una situación que rompe muchos de los esquemas antiguos que  nos guiaban. Ante ello pretendemos repetir las antiguas soluciones, esas que están basadas en la "vara", cosa que está resultando contraproducente. La Paz, en lugar de llegar, está disminuyendo, desapareciendo dentro de un mar de cada vez más y más violencia.
La violencia se está incrementando al pretender atacarla mediante más violencia. Consecuencia obvia: una espiral de violencia cada vez más incontenible.    ...y ante ello, una mayor y mayor exigencia de Paz, aunque las mentes anquilosadas de los gobernantes crean que con ello se piden más policías y militares. Absurdo: una paz alcanzada por medio de las armas solo podría sostenerse mediante las armas.

No todo está perdido. Habemos millones que sabemos que no se puede seguir por ese camino. Somos muchos los que sabemos que la Paz sólo se podrá obtener creando sus causas. Un mensaje al respecto que quiero compartir es:
"Vivimos en tiempos de mucha incertidumbre. La humanidad y los seres vivientes están constantemente bajo amenaza y hay una necesidad urgente de crear las causas para la armonía en todo el mundo. Todas las religiones principales del mundo y las tradiciones humanitarias enseñan los valores éticos de la tolerancia, la paciencia, la bondad amorosa y la compasión. En la medida en que estos principios universales sean abrazados y se arraiguen en las mentes y corazones de más y más personas, la paz mundial se convertirá en algo alcanzable."
Particularmente en México desde que el Sr. Calderón está en Los Pinos se ha hecho lo contrario. Desde entonces se utiliza una mala copia del discurso de Bush: "vamos contra los enemigos de México",    ...y con ello se ha justificado el asesinato de más de 30mil mexicanos, a la vez que se han sembrado, consecuentemente, sentimientos de venganza, desasosiego y resentimiento en gran parte de la población que ha sufrido de cerca algún hecho producto de esa absurda guerra.


Hoy quise escribir esto para invitar a crear las causas de la Paz verdadera. El budismo sabe que todo lo que existe fue causado. No puede obtenerse algo si no se dan sus causas. Por ello la intención es que sembremos esas causas. Comparto al respecto un comentario a la meditación para la Paz, espero les aporte iluminación:

Todos quieren paz. Se pone mucho esfuerzo en conseguir paz, pero la mayoría de la gente carece de un método práctico para generarla. La paz no puede ser legislada o impuesta. La paz no puede salvaguardarse por coaliciones o fuerzas militares. La bondad amorosa es la única causa real de la paz. La actitud de la bondad amorosa genera paz en el individuo, que a su vez crea paz en la familia, paz en la comunidad, paz en la nación y a su vez, paz en el mundo. 
Los que estamos en esto hemos ido purificando nuestros actos, incluso ante las injusticias optamos por no ejercer violencia: actuamos de manera pacífica.  Lo que sigue es incluso llegar a purificar nuestras mentes, varios vamos en tal camino y sé que pronto habremos alcanzado los méritos kármicos suficientes para que nuestro país pueda saltar a un estado generalizado de justicia y, por consiguiente, de paz.

(próximamente compartiré la meditación en sí)

martes, 1 de marzo de 2011

La Revolución de las Consciencias sólo se dará con un nivel de pensamiento superior

El  día de hoy presenté este documento en el foro referido. Lo comparto aquí debido a que se tocan puntos relativos a Gaia y en general a qué pensar para superar el actual estado de crisis.



Ponencia en el Foro Universitario sobre el Proyecto Alternativo de Nación, Capítulo Michoacán



Íbamos en camión hacia el DF un grupo de compañeros, asistiríamos a una asamblea informativa. Hicimos un alto en la autopista por algún asunto técnico, bajamos unos minutos y uno de los compañeros tiró una envoltura en el acotamiento. Le hice la observación y me respondió: “ahí que barran”. ¡Oh!, me quedé consternado: ¡un compañero “de izquierda”, comprometido, estaba atascado en un nivel de pensamiento de décadas atrás!
El tema de mi ponencia es un cuestionamiento a cómo afrontamos la realidad, cómo la formulamos y qué hacemos para generar acciones de solución. ¡No podemos seguir con un nivel de pensamiento que, de proseguir, nos terminará de hundir en la hecatombe socio-ambiental en la que ya estamos inmersos!. No es éste un discurso ambientalista, en todo caso, de izquierda progresista. Propongo una primera definición de izquierda desde una dimensión sumamente humanista: la posición que escucha el grito de los pobres y de la Tierra mancillada por la codicia de unos cuantos

Crítica al modelo de las certezas, desde una realidad compleja

¿Cómo le hago para desarrollar un vehículo con dos ruedas impulsado por el usuario?   El desarrollo histórico nos llevó a una respuesta única, le llamamos: la bicicleta. Es una respuesta única, convergente.
¿Cómo le hago para educar a un niño? No hay respuesta única, son múltiples modelos los existentes, con sus pros y sus contras: hay que elegir. El problema de la educación es un problema divergente, E. F. Schumacher indica que los problemas divergentes son aquellos que al ser estudiados por una gran cantidad de personas hábiles e inteligentes, generan respuestas contradictorias, que no convergen.
El problema que llevó a “la bicicleta” es de los llamados problemas convergentes, se basan en las leyes físicas del Universo. En los problemas divergentes las posturas de cada grupo pueden contradecir a las de los otros grupos, y son personas inteligentes.
Esto se encierra en lo que se ha desarrollado en el mundo del pensamiento como una forma de pensar el mundo cualitativamente superior, más acorde, podríamos decir, con los máximos desarrollos humanistas como son la democracia, el consenso, la convivencia, la validación del otro, etc. Se le ha llamado Pensamiento Complejo y si se le puede caracterizar sintéticamente creo que con enunciar los 7 principios que Edgar Morin, es suficiente por ahora:
1.                           principio sistémico.- se relaciona el conocimiento de las partes con el conocimiento del todo: es imposible conocer las partes sin conocer el todo.
2.                           principio holográmico.- las partes están dentro del todo y el todo está en cada parte
3.                           principio retroactivo.- la causa actúa sobre el efecto, pero a su vez el efecto sobre la causa
4.                           principio recursivo.- supera la noción de regulación integrando los conceptos de autoorganización y autroproducción.
5.                           principio de autonomía y dependencia.- los seres humanos son autónomos, a su vez dependen del entorno.
6.                           principio dialógico.- lo antagónico es complementario,
7.                           principio de la reintroducción del que conoce en todo conocimiento.- todo conocimiento es una construcción de la mente, somos objeto y sujeto de conocimiento.
Así, y dadas las limitaciones de espacio, necesitamos hacer una crítica muy seria al dogmatismo que hemos heredado. Y no me refiero en sí a la institución dogmática por excelencia y de la cual proviene gran influjo a nuestra cultura, la Iglesia Católica. Padecemos, muy humanamente, de una tendencia dogmática y maniquea: “lo bueno es la izquierda”, “lo bueno es lo público”, “lo bueno es la igualdad”, “lo malo es el capital”, “la lucha es por la clase trabajadora”, “los empresarios son explotadores”, etc. Verdades incuestionables para muchos de los militantes de los movimientos sociales. Pero no: si nos mantenemos en ese nivel dogmático de pensamiento definitivamente no tenemos nada que hacer en la llamada Revolución de las Consciencias.

Izquierda y derecha

Hay diversas percepciones sobre lo que es ser de izquierda y ser de derecha. Pareciera que cada posición toma uno de los elementos del lema de la Revolución Francesa: Igualdad, los de izquierda, Libertad los de derecha.  Propiedad pública los de izquierda, propiedad privada los de derecha. Marxismo la izquierda, Liberalismo la derecha.
Ello sigue siendo maniqueo. La izquierda y la derecha tienen una diferencia esencial en cuanto una actitud ante la vida: la izquierda siempre es progresista, la derecha es conservadora. En efecto, la derecha es promovida principalmente por las clases acomodadas, esas que dicen “no le muevan”, su actitud es la de dejar las cosas como están, porque eso está bien (para ellos). Lamentable es el darnos cuenta de muchos de izquierda que son de tendencia conservadora: "déjame las cosas como están (en el sindicato, por ejemplo).
Por el otro lado, la izquierda en su base tiene una actitud progresista: no está de acuerdo con su presente, sabe que puede existir algo humanamente superior. Fueron movimientos progresistas (de actitud de izquierda) los que propiciaron las grandes revoluciones históricas: la Francesa (que acabó con la monarquía y la nobleza), la Independencia Estadounidense (que se soltó del yugo de la corona inglesa), la Independencia Mexicana (promovida por los afanes de igualdad y libertad que Hidalgo, Morelos y compañía sentían), la Independencia Hindú (que puso por encima la autonomía a los dictados de la corona), la de la juventud mundial (movimiento del 68), etc.
Lamentablemente las “revoluciones” se tienden a institucionalizar, y las instituciones a corromperse al perder su energía originaria.
Y ¿Cuál es la esencia de la actitud de izquierda?
El pensamiento de izquierda es, por su naturaleza, generoso, porque parte de un sentimiento de compasión ante la miseria humana, de indignación ética ante las injusticias y de voluntad de cambio para superar ese cuadro inhumano. Pretende extender la libertad a todos los pueblos. Desea la igualdad para todos los ciudadanos mediante la ley y el derecho. Propicia relaciones sociales que se rijan por la hermandad, basada en la colaboración y en la buena voluntad entre las personas y entre las naciones. (Boff, 2000)
Justicia, libertad, igualdad, hermandad. Tal vez uno de sus antecedentes más remotos está en el antiguo testamento donde encontramos a los profetas denunciando actitudes voraces, de codicia y opresión y llamando a recuperar los equilibrios y hacer justicia para que el desvalido también tenga acceso a una vida digna. En esos recónditos orígenes está esta actitud que hoy nos mueve.
Y aunque esa fuerza primordial mueve a la izquierda, nuestro nivel de pensamiento se ha quedado estancado en el positivismo que clamaba la objetividad y el alcance de certezas. Diría el biólogo y filósofo Humberto Maturana:
Apelar a la “objetividad” de la “realidad” es un recurso retórico para demandar obediencia y sumisión. Resulta mucho más fácil pedirles a los demás que se sometan a “la verdad” y que subordinen sus opiniones a los “hechos del caso”, que dialogar con ellos para comparar interpretaciones igualmente posibles. (Maturana, 2010)
Desde el nivel de pensamiento del dogmatismo la “lucha por la justicia” se vuelve una injusticia, pues con tal nivel de pensamiento exigiremos lo que desde una perspectiva compleja será absurdo. Lemas clásicos de estas exigencias podrían ser: ¡medicinas gratis para todos! ¡educación gratuita para todos! ¡vacaciones para todos!

Propuesta

No me extenderé mucho. El tema es complejo. La propuesta que estoy enarbolando es más sobre el nivel de pensamiento que se necesita adoptar para salir de la espiral en la que estamos inmersos y, que con el actual nivel de pensamiento, no se podrá sino acelerar más nuestro tránsito hacia la hecatombe, preocupación máxima no sólo de los mexicanos, sino de toda la humanidad y, sobre todo, de las bases sociales de esta humanidad.

Tres casos de aplicación de pensamiento complejo

¿medicinas gratis para todos?

Bueno, en el fondo lo que queremos con esto es el Derecho a la Salud. Pero el cómo es lo cuestionable.
Traigo a colación dos puntos importantes para tratar el tema: paradigmas de salud e imposición farmacológica.
Paradigmas de salud.
En verdad es deleznable el encontrarnos con dos realidades: medicinas con precios estratosféricos y escasez de medicinas en los centros de salud. La consecuencia obvia de ello es que la salud se vuelve casi inalcanzable, y ello lo podemos concebir claramente como una injusticia.
Opino que hay que ampliar nuestro marco mental. En los derechos humanos está el derecho a la salud y el derecho a la personal determinación del tratamiento médico. Sólo alcanzaremos en efecto un estado democrático si somos capaces de respetar la dignidad de los pacientes y permitirles la decisión informada sobre qué tratamiento médico seguir. Y esto lo digo porque nuestro actual sistema de salud privilegia sólo a una porción de la población: la que opta por la medicina alópata.
 Existen en el mundo varios paradigmas médicos, paradigmas que han probado su eficacia: la Medicina Tradicional China, la Homeopatía, el Naturismo y otras. Miles de personas se guían por alguna de tales escuelas médicas y tienen el derecho de hacerlo, sin embargo, son excluidas del sistema de salud nacional. Ello no es democrático.
A mí no me interesan medicinas alópatas gratuitas, sino facilidad económica para acceder a tratamiento Naturista u Homeopático. Y creo que tenemos derecho a ello.
¿Solución? Salvo su mayor desarrollo, un principio básico sería el de contar con un sistema que favorezca un acceso plural a la salud, con acreditación de los profesionales según sus propias escuelas de medicina, con uj servicio de calidad superior (que brinde de tiempo para una atención humana), etc. El cómo es algo que se puede diseñar, el qué es algo que se necesita implementar.
Imposición farmacológica
La imposición de la alopatía sobre la población lleva consigo el gran negocio de las empresas farmacéuticas. Sabemos de diversos casos en que algunas medicinas alópatas han sido puestas a la venta (y siguen a la venta) sin cumplir plenamente con protocolos de investigación adecuados. O también de casos como el gran negocio de la influenza de Calderón, en que la empresa que produce el antiviral respectivo se embolsó millones provenientes de: el erario.
Necesitamos impulsar la democracia en la salud. Una población informada que pueda acceder a tratamientos de salud según sus propias decisiones.

¿educación gratuita para todos?

Claro, todos los ciudadanos de un país debieran tener garantizado el acceso a la educación. Pero ¿cuál educación? Expuse al inicio de esta ponencia el tema como un problema de los clasificados como divergentes. De modo que no existe un único modo de ejercer la educación, se debe tomar una decisión al respecto.
En los totalitarismos no existe de otra más que recibir la única oferta: la del Estado. No estamos a favor de eso, al menos los que nos decimos demócratas. El progresismo no podría estar de acuerdo con una única opción de educación. Podrán haber principios rectores, pero la práctica necesariamente debe ser de gran diversidad.
Está planteado así el problema: se necesita garantizar el acceso a una educación democrática con bases en el progreso del conocimiento humano. El cómo es lo que aún está por resolverse, pues el actual es un estado aberrante y que nos pone en grave debilidad como nación.
No defenderé la educación privada en cuanto su aspecto de “privilegios”. Ese es un aspecto que se debe atemperar de diversos modos, si alguna escuela privada ha de ser apoyada no lo debe ser si su selección de alumnos involucra un cierto grado de discriminación a alguna clase o sector social. Existen proyectos educativos sumamente progresistas y muy respetables a los que no todos tienen acceso debido al aspecto económico. Eso, como derecho, debe resolverse.
Tampoco puedo estar de acuerdo con la homogenización de la educación que se da en el sector público, pues, como demócrata y progresista creo y defiendo que como padre tengo el derecho a elegir la propuesta educativa que sigan mis hijos: abierta o escolarizada, activa o pasiva, alternativa o tradicional, libertaria o militarizada, etc. La educación pública debe cambiar: ofrecer distintas opciones educativas que sólo tengan semejanza en los principios que las rijan: más flexibilidad, más creatividad, más respeto a la persona y su libertad.
Una solución así, fundada en el pensamiento complejo, será mucho más enriquecedora para nuestra nación, será generadora de seres pensantes, de ciudadanos críticos y también respetuosos. Eso es algo que deseamos todos los que asumimos como compromiso este anhelo por la Revolución de las Consciencias. Ojalá podamos construir colaborativamente algo al respecto.

¿vacaciones para todos?

Bueno, casi es absurda esta demanda, pero es lo que está de fondo en las exigencias de recortar horarios de trabajo, días laborales, etc.
Por la limitación de espacio sólo llamo la atención a este punto. Nuevamente pido el abandono de los dogmatismos e invito a centrarnos en la esencia democrática del derecho al trabajo digno. Sin enarbolar toda una propuesta sobre esto, creo que estaremos de acuerdo en que lo que deseamos es que se limite la explotación laboral y que la empresa pueda ser un espacio para el sustancial desarrollo de las personas. Que las personas a su vez puedan desarrollarse a tomar responsabilidades como ciudadanos económicamente independientes. Los cómos están por definirse.

Conclusión

Sólo con la aceptación del otro, como legítimo otro en convivencia conmigo puede darse un camino de solución en nuestro presente.
No hay soluciones únicas, la solución del otro también es válida, junto con la mía. No puedo imponerle mi solución, pero tampoco permitir que la imponga. Sólo podremos llamarnos verdaderamente progresistas si somos capaces de crear propuestas que integren a todas las posiciones sin privilegiar a unos a costa de la opresión de otros, propuestas basadas en principios progresistas-complejos y no en dogmas.
Superemos nuestros dogmatismos, atrevámonos a crear un mundo en el que todos deseemos vivir.

Bibliografía

Alonso, A., Tellado, M. (2004); “Sobre la libertad en la elección del tratamiento médico”, en Revista Persona, No. 25
Asociación Norteamericana de Hospitales (1973) “Declaración de los derechos del paciente”. 6 de febrero de 1973.
Boff, L. (2000), El vuelo del águila. Cómo el ser humano aprende a volar. Ed. Dabar. México.
Maturana, H. (2010), citado por Subierna, A.  en: http://andresubierna.com/conversaciones-problematicas-cierre/
Morin, E.; (1990); Introducción al pensamiento complejo, Gedisa. Barcelona.
Schumacher, E.F. (1987), Guía para los perplejos, Debate, Madrid.